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ESTAMBUL, Turquía – Bank of America (BofA) ha emitido una recomendación de compra optimista para los principales prestamistas privados turcos, proyectando un rendimiento sobre el capital de más del 30%, lo que provocó que las acciones de los bancos turcos se dispararan significativamente el 27 de noviembre de 2023.
El sector bancario turco experimentó un repunte sustancial recientemente, impulsado principalmente por una perspectiva optimista del Bank of America. Los analistas David Taranto e Ilija Novosselsky pronostican que el rendimiento sobre el capital de los bancos privados turcos superará el 30%. Su análisis destacó el potencial de los bancos para beneficiarse de un cambio hacia políticas monetarias ortodoxas iniciadas por el banco central de Turquía después de nuevos nombramientos económicos en junio.
El índice bancario de Borsa Estambul se disparó hasta un 4,5% antes de estabilizarse con un aumento del 3,9% durante la mañana del 27 de diciembre. Los bancos destacados, Akbank Tas y Yapi ve Kredi Bankası, lideraron las ganancias con incrementos del 5,5% y 5,1%, respectivamente. En contraste, el índice bursátil más amplio de Turquía registró un aumento más modesto del 1,4%.
Los analistas destacaron indicadores cruciales para este cambio positivo, señalando una recuperación en los diferenciales básicos – la diferencia entre las tasas de interés de préstamos y depósitos. También observaron que los bancos verían ingresos mejorados gracias a bases de tarifas más sólidas. A pesar de que los riesgos de calidad de activos a corto plazo se consideran "manejables", las valoraciones siguen siendo atractivas según la evaluación de BofA.
Clave para este pronóstico optimista ha sido el cambio estratégico en la política monetaria del banco central turco. Desde julio de 2023, el banco central ha reestructurado su marco de tasas de interés, elevando la tasa de política de un escaso 8,5% al actual 40%. Este drástico ajuste busca combatir la debilidad de la lira turca y las desenfrenadas tasas de inflación, al mismo tiempo que incentiva prácticas financieras más ortodoxas.
Además, el banco central ha eliminado gradualmente una regulación impopular que obligaba a los bancos a adquirir bonos del gobierno como penalización por exceder las tasas de interés de préstamos establecidas o por no cumplir con los objetivos de préstamo. La eliminación de esta regulación fue crucial para impulsar la confianza del mercado entre los inversores del sector de préstamos privados.
A pesar de la perspectiva optimista para los bancos privados, Bank of America asignó una calificación de "bajo rendimiento" a los prestamistas estatales, Halkbank y Vakıfbank, atribuyendo su menor rentabilidad a problemas sistémicos que podrían obstaculizar el crecimiento.
La perspectiva del Bank of America contrasta marcadamente con la de Citigroup, que recientemente rebajó su recomendación sobre los bancos turcos. Los analistas de Citi prevén que el entorno de altas tasas de interés podría afectar negativamente el crecimiento de los préstamos y la estabilidad general de la calidad crediticia.
En un contexto más amplio, el sector bancario turco se ha destacado como uno de los mercados bursátiles con mejor desempeño en Europa, impulsado principalmente por las fuerzas duales de una política monetaria mejorada y una lira turca en depreciación. La recuperación en el crecimiento del crédito y las dinámicas dentro del sistema bancario contribuyen favorablemente al sentimiento de los inversores.
S&P Global Ratings también reconoció este cambio, elevando la perspectiva crediticia de Turquía a "positiva", lo que indica que si la balanza de pagos mejora y el ahorro interno en liras turcas experimenta un aumento, la calificación podría subir aún más. Esto ha generado un interés significativo de compra en acciones turcas según varios participantes del mercado.
El aumento en las acciones de los bancos turcos, impulsado por la evaluación positiva de Bank of America, señala una tendencia potencial de recuperación en el sector tras importantes transformaciones políticas por parte del banco central. Si bien la visión alcista sobre los prestamistas privados establece un tono esperanzador, las perspectivas contrastantes de otras instituciones financieras globales resaltan la incertidumbre en torno a la viabilidad a largo plazo de la rentabilidad de los bancos turcos. Los inversores ahora están monitoreando atentamente los desarrollos en curso mientras el panorama económico general continúa evolucionando.
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