Resumen de Noticias:El Banco Central Europeo reconoce la posibilidad de estancamiento e inflación persistente, mientras que el Reino Unido observa una revisión en el crecimiento del PIB que podría afectar la política fiscal.
Encabezado de noticias:El Banco Central Europeo (BCE) ha expresado su preocupación por el estancamiento económico con inflación (estanflación) en la zona euro mientras se prepara para un aumento de las tasas de interés en septiembre. Mientras tanto, en el Reino Unido, la Oficina de Estadísticas Nacionales informó una revisión al alza sorprendente del crecimiento del PIB para 2021, lo que podría ofrecer al gobierno mayor flexibilidad fiscal de cara al otoño.
El reciente reconocimiento del BCE sobre las proyecciones de crecimiento económico más débiles en medio de las tasas de inflación subyacente persistentemente altas ha revivido las discusiones sobre el estancflación en la zona euro. Tradicionalmente definido como un estado económico caracterizado por una inflación alta, un crecimiento económico estancado y un alto desempleo, el estancflación presenta un entorno desafiante para los responsables de la política económica. Se espera que la próxima reunión del BCE en septiembre resulte en un aumento de las tasas de interés de 25 puntos básicos, a pesar de algunas opiniones disidentes que argumentan que podría ser una medida equivocada dado el contexto económico.
Las declaraciones de los funcionarios del BCE sugieren que el banco central está lidiando con el doble mandato de promover precios estables mientras fomenta el crecimiento económico. "El BCE puede que no tenga más opciones que proceder con los aumentos de tasas planificados, dado que la inflación sigue siendo obstinadamente alta", comentó un analista financiero cercano a las discusiones del BCE. Las deliberaciones recientes del banco ocurren en un momento en que los debates entre los políticos europeos continúan sobre la reinstauración de los criterios de deuda y déficit presupuestario de Maastricht, temporalmente suspendidos durante la pandemia, lo que podría tener implicaciones más amplias para la política fiscal en la eurozona.
Se espera que esta semana haya poca desviación de las tendencias económicas actuales en la zona del euro, sin que se anticipen grandes publicaciones de datos. Sin embargo, se han destacado las preocupaciones por la fragilidad del euro y su tipo de cambio frente a otras monedas, especialmente frente al dólar estadounidense (USD). Los analistas señalan que si se rompen los niveles clave de soporte para el tipo de cambio EUR/USD, podría producirse un importante desenlace del mercado, lo que podría desestabilizar aún más la economía de la zona del euro.
En una nota más positiva, la Oficina de Estadísticas Nacionales del Reino Unido revisó recientemente al alza el crecimiento del PIB para 2021 en un 1,7%, una cifra que tomó por sorpresa a los responsables políticos. Esta revisión indica que la economía del Reino Unido se recuperó a los niveles de crecimiento previos a la pandemia mucho antes de lo proyectado inicialmente, situándola en una posición más favorable en comparación con sus homólogos del G7, particularmente en contraste con Alemania, que ahora enfrenta el desempeño más débil posterior a la pandemia dentro del grupo.
Con las cifras revisadas del PIB, hay crecientes especulaciones de que el gobierno podría aprovechar la mayor flexibilidad fiscal para implementar posibles incentivos fiscales en la declaración de otoño del Canciller programada para noviembre. La libra esterlina ha mostrado signos de una modesta mejora frente al euro, y los analistas creen que continuará operando dentro del rango de 0.8500-0.8600 a corto plazo.
De cara al futuro, la próxima Encuesta del Panel de Toma de Decisiones del Banco de Inglaterra, programada para publicarse el jueves, promete atraer interés, especialmente en lo que respecta a las expectativas de inflación. Si bien una disminución en las expectativas de inflación generalmente sería una buena noticia, es posible que no disuada al Banco de Inglaterra de proceder con un aumento planificado de tasas de 25 puntos básicos el 21 de septiembre. "Sin embargo, los analistas del mercado sugieren que el precio actual de aproximadamente 20 puntos básicos más de lo necesario en el ciclo de ajuste podría resultar en una depreciación de la libra en el cuarto trimestre", comentó un estratega de mercado.
El aumento de la estanflación es una preocupación apremiante no solo para la eurozona y el Reino Unido, sino también para los mercados globales en general, ya que las señales sugieren que el malestar económico de la década de 1970 podría reaparecer bajo diferentes circunstancias. Los factores que contribuyen a la estanflación pueden incluir shocks de oferta o políticas económicas mal gestionadas que generan presiones inflacionarias continuas junto con un crecimiento estancado.
Históricamente, se entendía que la estanflación surgía de malas políticas económicas, como una expansión monetaria excesiva combinada con reformas insuficientes del lado de la oferta. En el contexto actual, tanto la zona euro como el Reino Unido podrían necesitar aplicar lecciones aprendidas de experiencias pasadas. Al abordar los desafíos estructurales de la economía y formular políticas fiscales más inteligentes, podrían mitigar los riesgos de caer en una estanflación prolongada.
Con los bancos centrales de todo el mundo tomando nota de las dinámicas económicas cambiantes, deben proceder con cuidado. Los caminos elegidos—ya sean aumentos agresivos de las tasas de interés o medidas fiscales relajadas—no solo moldearán la trayectoria de las economías de sus naciones, sino también la estabilidad de los mercados globales en los próximos años.
Los debates en curso sobre la estanflación plantean preguntas críticas tanto para los responsables de políticas como para los inversores, mientras el BCE se prepara para su reunión de política monetaria en medio de preocupaciones por el estancamiento económico y la inflación persistente en la eurozona, mientras que el Reino Unido disfruta de una sorpresa en el crecimiento del PIB que podría influir en la política fiscal futura. Las apuestas son altas, ya que los gobiernos y los bancos centrales navegan por estas aguas complejas, buscando evitar una repetición de las crisis económicas pasadas.
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